martes, 22 de octubre de 2013

MAO Y LOS GATOS


Le preguntaron en cierta ocasión a Mao Tsetung:

-         ¿Cómo te arreglarías para que un gato comiera pimienta?

-         ¿Les gusta a los gatos esta especie picante? – preguntó a su vez el entonces poeta y bibliotecario.

-         De ninguna manera. La aborrecen.

Mao quedó algún tiempo pensativo y luego con  imperturbable serenidad dio su solución:

-         Haría una honda herida en una de las patas del gato y en su interior vertería la pimienta.

-         ¿Y qué lograrías con eso?

-         Que lamiéndose la herida desesperadamente, tragara la pimienta…

 

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