jueves, 22 de febrero de 2018

DON JOSÉ CUBILES






¡Qué poco se habla ya de don José Cubiles, el gran pianista gaditano, con el que hacer la especialidad en el Real Conservatorio de Madrid era un timbre de gloria que muy pocos les era permitido!  De Cubiles hablan los alumnos que tuvo: Guillermo González Hernández, Joaquín Achúcarro, Rafael Orozco, María Orán, Manuel Carra y otros muchos de pianistas que dejaban claro cómo enseñaba aquel hombre nacido en Cádiz en 1894. Con cinco años empezó José Antonio a tocar el piano y recibió los elogios del director del Conservatorio gaditano que le recomendó que fuera a Madrid a donde se fue el muchacho para estudiar con Pilar Fernández de la Mora. La infanta Isabel de Borbón, “La Chata”, protegió al gaditano que no terminó su andadura en el conservatorio matritense sino que pasó a París en donde estudió y consiguió el primer premio de piano. Cubiles ingresa en el Real Conservatorio de Madrid como profesor y, al tiempo que iniciaba una carrera docente fabulosa, empieza una carrera internacional como concertista no menos fabulosa: sus compañeros en agrupaciones de cámara a lo atestiguan: Jacques Thibaud, Paul Kochanski o Gaspar Cassadó, el gran violonchelista catalán.
         Cubiles estrenó las Noches en los jardines de España de su paisano Falla bajo la batuta de Fernández Arbós. Pero el gaditanillo no tocaba sólo el piano: como director de orquesta dirigió la Filarmónica de Berlín. ¡ Ahí es ná!
         Sin embargo, Cubiles es recordado, sobre todo, como el profesor de Virtuosismo, cátedra que obtiene en 1943 y desde la que desarrolla una labor que desborda todo elogio. En ella siguió hasta su muerte en 1971. Pudo haber llegado mucho más lejos, pero la escasez de la España que le tocó vivir hicieron que Cubiles tuviera que ganarse la vida sirviendo a amos que no merecían tal servicio y haciendo lo que, en otras circunstancias, no hubiera hecho. Me refiero, por si alguien no lo ha cogido, a esos conciertos en que tan grandísimo músico se vio obligado a tocar con la camisa azul y las flechas de Falange que en nada menoscabaron su virtuosismo. Aún viven algunos de aquellos discípulos que tuvo en Madrid y, pese a los casi cincuenta años trascurridos desde su muerte, su recuerdo sigue vivo entre los aficionados de verdad al piano. ¡Gracias , maestro Cubiles, por tanto como hizo y hace por la música española!

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